La globalización y la tecnología
de la comunicación han permitido romper las brechas con respecto al alcance de
los productos o servicios que se desean ofrecer y por tanto las distancias de inversión
entre países. Los inversionistas buscan oportunidades de multiplicar sus
activos, muchos de ellos optan por buscar en el extranjero éstas oportunidades
a través de la movilidad internacional del capital, con el objeto de obtener
menores costos (por la paridad cambiaria); así como también el aprovechamiento
de las políticas fiscales, que emplean algunos países para atraer la inversión extranjera
y que de cierta forma les permita garantizar el retorno del capital que se
invirtió.
De esta manera los inversionistas evalúan aquellos
factores que le permitan determinar el mejor ambiente para invertir, ese
ambiente será aquel que le otorgue disminución de sus costos y la maximización de
la rentabilidad. Algunos de estos factores que deben ser tomados en cuenta por
los inversionistas a nivel internacional son: mano de obra, tipo de cambio, la paridad
cambiaria, costos, actitud del gobierno y ciudadanos, localización del mercado
objetivo y los proveedores y el agrupamiento de competidores.
En un estudio realizado
por María Ramos y George Peña se
sometieron a contraste y critica los ambientes de inversión Colombo-Venezolano
desde 1994 – 2011; en el cual se concluye que, aunque en Venezuela hay mayor
riqueza y el PIB es superior al de Colombia; la afluencia de inversión extranjera
arrojaron un comportamiento opuesto; es decir; que Venezuela posee elementos
que afectan negativamente la entrada de capital extranjero como:
los factores políticos, los constantes cambios y actualizaciones de la
legislación Venezolana generando incertidumbre e inestabilidad al inversionista extranjero.
En base a esto se puede
decir que; para invertir siempre hay que asumir un riesgo y él mismo debe estar
asociado con la rentabilidad. Por tanto se sugiere el estudio de las
variables anteriormente mencionadas y seleccionar la decisión de inversión que el
inversionista considere que le ofrece un escenario óptimo de reciprocidad entre
inversión y riesgo. Para el inversionista colombiano,
su efectivo en moneda nacional (Pesos) al cambiarlo en Bolívares le generaría un
menor costo de inversión que si establece su negocio en su mismo país, ya que podría adquirir mayores bienes en Venezuela; sin embargo, las políticas económicas y financieras regulativas aplicadas en Venezuela
suelen generar desconfianza al inversionista y por tanto retrae la voluntad de la
inversión extranjera.
Venezuela le genera un
panorama atractivo a Colombia para la inversión a nivel de rentabilidad, sin
embargo; los inversionistas y empresarios Venezolanos consideran que el
macroambiente Colombiano es más fértil y estable para la inversión en
comparación con la de nuestro país. Esto se debe no necesariamente a la rentabilidad,
sino por poseer un riesgo de inversión menor. Sin embargo, Venezuela ofrece oportunidad
y facilidad de inversión para el pequeño y mediano empresario amparado bajo políticas
que incentivan la producción y el bienestar del colectivo, motivando de esta
manera la inversión interna en juego con la facilidad de acceso a las fuentes
de financiamiento.
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